El jueves 22 de marzo, la señora Ana Colín recibió en su domicilio un informe de 250 páginas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH, en el que concluye que su esposo David Vargas Araujo fue torturado, de lo que se desprende que por tanto las declaraciones auto incriminatorias en el juicio que se le sigue por secuestro son inválidas. Vargas Araujo, ex asesor de la Comisión de Fomento Cooperativo en la Cámara de Diputados, está encarcelado desde mayo de 2013, en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, acusado falsamente de haber participado en el secuestro de los menores Álvarez Banfield, sobrinos del entonces presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Álvarez Candiani y de otra persona en Oaxaca.
Originalmente y a pesar de las evidencias físicas de la tortura, la CNDH se negó a aceptar que pudo haber habido tortura, se negó a aplicar o facilitar la aplicación del Protocolo de Estambul e hizo perdedizo el expediente CNDH/1/2013/3676/Q. El Protocolo de Estambul se le aplicó por expertos independientes con la conclusión de que hubo tortura.
Como en el caso de los maestros de la Sección 22 falsamente acusados de este caso, se trató de buscar un chivo expiatorio para resolver el caso de un secuestro altamente mediático, por la relación familiar con el Presidente del CCE. Violación al debido proceso de principio a fin, tortura, fabricación de pruebas, agentes del Ministerio Público corruptos, fueron los elementos comunes en este caso de violación flagrante de los derechos humanos de Vargas Araujo.
Espero que la liberación de David Vargas Araujo sea muy rápida y que de inmediato se inicien los trámites para que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, CEAV, repare al inmenso daño hecho a la familia Vargas Colín.
CASI TODO 
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