11 de Septiembre de 2017
Este artículo está dedicado a todos los secretarios políticos de las embajadas acreditadas en México que tienen que hacer un informe mensual, y a todos los responsables de elaborar análisis políticos para empresas privadas y bancos. Si reportaron que en México hubo crisis constitucional la semana pasada, favor de enviar una corrección de inmediato. Si informaron que el gatillo de la supuesta crisis fue un berrinche del presidente del Partido Acción Nacional, su análisis repitió lo que el PRI quiso diseminar. Si alarmaron a sus jefes o clientes planteando que la Cámara de Diputados de México estaba secuestrada por el mismo jovenzuelo panista, favor de pedir que se deseche ese correo. Nada de eso es cierto.
No hubo crisis constitucional. Legislaturas anteriores ya habían previsto extender hasta el 5 de octubre la asunción de una nueva Mesa Directiva en casos de disenso político y ahora lo había. Las comisiones sesionaron con normalidad y la comunicación entre los liderazgos parlamentarios funcionó. Y la urgencia de cumplir con el artículo 74 constitucional que obliga a entregar a la Cámara el paquete económico de la ley de ingresos y el presupuesto de egresos y, sobre todo, con la necesidad de dar el mensaje al exterior de una normalidad política, fueron los acicates para hacer política y llegar a un entendimiento.
Y lo que hicimos los legisladores del PAN, Movimiento Ciudadano, MC, y Partido de la Revolución Democrática, PRD, fue política. Para la elección de la presidencia de la Mesa Directiva se requiere mayoría calificada de los diputados presentes, es decir, dos terceras partes. El PRI y sus aliados tienen mayoría simple, pero no la calificada. Los votos de los legisladores de los tres partidos impidió la mayoría calificada. Morena, por razones diferentes y qué bueno, también votó en contra. Una vez que perdió la votación, el PRI hizo lo mismo que nosotros: política. Lo normal en un parlamento vivo, que nadie se asuste.
La razón de esta confrontación de fuerzas fue la inminencia de la aprobación por mayoría simple de la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República en el Senado de la República, que hubiera ratificado por 9 años al actual procurador, Raúl Cervantes. Las organizaciones de la sociedad civil partidarias de construir una Fiscalía General autónoma, no partidaria e independiente alertaron que, con el inicio del penúltimo periodo de sesiones de esta LXIII Legislatura en la que el PRI y sus aliados todavía tienen mayoría simple, se pudiera aprobar el transitorio del artículo 102 constitucional. El PRD y Movimiento Ciudadano se habían manifestado desde hacía muchos meses contra el pase automático. El Partido Acción Nacional lo adoptó así el 26 de agosto en su Primer Foro para la Plataforma Electoral de 2018, tres días después de que el gobierno le asestara un duro periodicazo a su presidente.
Es difícil de creer que con el importante número de abogados en las filas de Acción Nacional, éste no se haya dado cuenta del “transitorio envenenado”. En 2013 y 2014, en los tiempos del Pacto por México, votaron en favor, con la excepción del entonces senador y hoy gobernador de Chihuahua, Javier Corral. Hoy, siguiendo la sabia máxima que dice que “de los arrepentidos se vale Dios”, felizmente los legisladores de Acción Nacional están en contra del #fiscalcarnal. Muy positivo.
Una característica preocupante en el debate que acompañó a los sucesos en la Cámara de Diputados fue la constante insistencia en que si anteriormente los panistas habían votado a favor, esta vez tenían que hacer cargar al país con la penitencia per secula seculorum de ese voto equivocado. Frente a la trascendencia de construir una Fiscalía que no sólo cuente con un titular autónomo sino que propicie la formación de agentes del Ministerio Público, dignos, eficaces e independientes, ¿por qué atarse al peso muerto de un voto erróneo, por qué condenar al país entero cuando se puede cambiar y rectificar? Una cantidad sorprendente de analistas se revelaron admiradores de la práctica de la flagelación. Allá ellos.
El Frente Ciudadano por México debutó con éxito haciendo valer el peso de su voto unificado en la Cámara de Diputados. Ya había explorado esa vía en las elecciones a gobernador en Quintana Roo, Nayarit, Durango y Veracruz e informalmente en Chihuahua y Coahuila. Es una gran opción frente a dos propuestas de regreso al pasado: el PRI, que representa a un sistema caduco e irreformable, que carece de la energía interna para cambiar y Morena que pone en el centro de todo no a la ciudadanía sino a un ciudadano, Andrés Manuel López Obrador, el tlatoani de antiguamente, el súper presidencialismo del que apenas nos acabamos de librar. ¡Pare de sufrir, ya hay otra opción!
El Frente tiene mucho camino por recorrer, disensos y dificultades que resolver, pero mueve a sus integrantes el convencimiento de no conformarse con lo mediocre, México merece más. Nos vemos en Twitter: @ceciliasotog y fb.com/ceciliasotomx.
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